Uno de los misterios que quedaba por esclarecer en el caso de la familia de Kristine Barnett era el paradero de su hija adoptiva. La mujer acusó a esa chica de ser una «psicópata de 22 años» que intentaba asesinarlos y por ese motivo, la abandonaron en un departamento mientras ellos viajaron con sus tres hijos biológicos para radicarse en Canadá. Otra familia pidió su custodia y aseguraron es una menor de edad que lleva una vida normal.

Así dieron a conocer en las últimas horas medios estadounidenses. Natalia Grace, la ucraniana de 6 años acusada por su madre adoptiva de ser una psicópata de 22, está bajo la custodia de una familia cristiana con cinco hijos en una casa en Indiana.

Kristine y su ex esposo, Michael Barnett, la abandonaron en 2013 por sentirse víctimas de «un fraude», ya que aseguran que no sólo es una niña sino que amenazó en reiteradas oportunidades con asesinarlos.

Al ser detenidos, la pareja insistió en que Natalia, a quien adoptaron en 2010 con 6 años, es una mujer adulta que pasa desapercibida por padecer enanismo y un serio trastorno psicológico.

Ella pintó dibujos en los que decía que quería matar a los miembros de la familia, envolverlos en una sábana y enterrarlos en el patio. Aparecía parada al lado de la cama en medio de la noche. Tuvimos que esconder los objetos punzantes y una vez la vi poner químicos en mi café, cuando le pregunté que hacía, me dijo que intentaba envenenarme», relató Kristine a Daily Mail.

El extraño caso es investigado por la Justicia debido a que Natalia sostuvo que sus padres adoptivos la abandonaron cuando tenía 13 años. Los Mans pidieron su custodia legal en 2016 y afirmaron que ella es feliz y que «no hay nada raro» en su comportamiento.

Respecto a su verdadera edad, sostuvieron que es «ridículo» que Natalia sea «una mujer de 30 años» y que ellos le creen a ella cuando aseguró que es menor de edad.

En la documentación de adopción, Natalia fue descripta como «una persona discapacitada de 13 o 14 años de edad» y sostiene que ella «no puede mantener y cuidar sus asuntos financieros y su persona», lo que refuerza que fue abandonada por su anterior familia.

Los Barnett, en tanto, insistieron que tienen numerosas pericias médicas que acreditan su versión de los hechos. Para quedar en libertad, tuvieron que pagar una fianza de 5 mil dólares luego de que el Tribunal Superior de Tippecanoe, en Lafayette, ordenara su detención por los delitos de «abandono» y «negligencia».

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