La inesperada secuencia tuvo lugar en Tim Hortons, una de las cadenas de cafeterías mas populares de Canadá, cuando una cliente comenzó a discutir con el cajero.
De un momento a otro, la mujer se bajó los pantalones y defecó en pleno salón, frente a los trabajadores y clientes.
Pero su ira fue aún mas allá. Tras subirse la ropa, agarró el excremento y se lo arrojó a un cajero.