Darren Manaog Penaredondo, un filipino de 28 años, falleció en la ciudad de General Trias el pasado 3 de abril después de haber sido supuestamente obligado por la Policía a hacer 300 sentadillas como castigo por haber violado el toque de queda impuesto en el país asiático por el coronavirus.
Según escribió en Facebook un familiar de la víctima, Adrian Lucena, Penaredondo había salido de su casa el 1 de abril para comprar agua alrededor las seis de la tarde, hora en que comienza el toque de queda, por lo que fue detenido junto a otras personas por la Policía.
«Me contó que los llevaron a la plaza Malabon, frente al salón municipal. Luego, les dijeron que hicieran 100 sentadillas. La Policía también les advirtió que, si no estaban sincronizados, repetirían el ejercicio», relató la pareja de Penaredondo, Reichelyn Balce.
Su novio y los demás detenidos terminaron haciendo un total de 300 repeticiones.
De acuerdo con Balce, cuando el hombre llegó a la casa en la mañana del 2 de abril con muchísimo dolor en las rodillas y los muslos.
«Todo ese día luchó por caminar, se arrastraba por el piso y le costaba levantarse», explicó Balce y continuó: «Cuando pidió ayuda para ir al baño, empezó a tener convulsiones, su rostro se puso violeta y su corazón dejó de latir».
Tras el incidente, el joven ingresó en coma, pero falleció al día siguiente.
Crónica