Una investigación publicada en la revista JAMA Network descubrió que 3 de cada 4 personas que se enfermaron de coronavirus presentaron inflamación del miocardio o la inflamación anormal del músculo cardíaco. El virus apunta «preferentemente las células cardíacas y las células circundantes».
De 100 adultos que se recuperaron recientemente el 78% mostró compromiso cardíaco en las imágenes de resonancia magnética y el 60% tenía inflamación continua en el corazón. Las investigaciones advierten que el virus afecta a las células y al tejido cardíaco, según publicó BAE negocios.
Los resultados de las resonancias magnéticas de los recuperados de 45 a 53 años se compararon con un grupo de 50 voluntarios sanos y 57 voluntarios con algunas condiciones de salud subyacentes o factores de riesgo. Se reveló que los contagiados con coronavirus tenían algún tipo de compromiso cardíaco, independientemente de las condiciones preexistente.
La anormalidad más común relacionada con el corazón en los pacientes con coronavirus fue la inflamación del miocardio o la inflamación anormal del músculo cardíaco, llamada también miocarditis.
“Nuestros hallazgos demuestran que los participantes con una escasez relativa de afecciones cardiovasculares preexistentes y con una recuperación mayoritariamente en el hogar tenían un compromiso inflamatorio cardíaco frecuente, que fue similar al subgrupo hospitalizado con respecto a la gravedad y el alcance”, advirtieron los científicos.
Otro estudio de JAMA Cardiology, que realizó un análisis de autopsias de 39 casos en Alemania entre el 8 y el 18 de abril, encontró que se podía identificar el coronavirus en el tejido cardíaco de pacientes con Covid-19 que murieron. Los investigadores encontraron que 16 de los pacientes tenían virus en el tejido del corazón, pero no mostraban signos de inflamación repentina inusual en el corazón o miocarditis.
En el Reino Unido, otra investigación realizada por la Fundación Británica del Corazón sobre los pacientes hospitalizados arrojó que los pacientes con coronavirus pueden sufrir daños cardíacos irreversibles en la batalla contra la enfermedad. Uno de cada ocho tenía signos de «disfunción severa» en el corazón.