Con unos chillidos desgarradores y sangre brotando de sus picos, unos 60 loros moribundos cayeron del cielo y quedaron esparcidos en un terreno a metros del edificio de una escuela primaria en la ciudad australiana de Adelaida.
El incidente ocurrió el pasado miércoles cuando los chicos presenciaron la terrible caída de las aves desde el patio del colegio, lo que los dejó «traumatizados», indicó un docente.
El personal de la escuela llamó al centro local de rescate de aves e informó sobre el hecho. La ornitóloga Sarah King examinó los loros Corella, una especie protegida del país, y concluyó que estaban envenenados.
«Recibí una angustiosa llamada telefónica, diciéndome que literalmente estaban cayendo de los árboles, cayendo del cielo, de todas partes», dijo la especialista. «Tengo 47 años, vi todo, pero estallé en lágrimas por los desgarradores quejidos de los loros. Ni siquiera puedo imaginar cómo reaccionaron los niños ante esto», lamentó King.