Una tutora de una escuela correntina, debió insistir con reclamos al Ministerio de Educación para que reincorporen a su hija al establecimiento, ya que le habían negado el ingreso por tener una discapacidad motriz. En la institución le exigían que curse con una maestra integradora, pero tras la intervención de las autoridades se la reincorporó y además asumieron el compromiso de construir una rampa en el acceso al edificio.
Desde hace cuatro años Nahiara cursaba sus estudios en el mismo establecimiento, junto a sus dos hermanas. Pese a las limitaciones edilicias, su discapacidad motriz nunca fue un impedimento para ir avanzando de grado, más allá de que en alguna que otra oportunidad sus tutores hayan tenido que cumplir algunas de las exigencias requeridas desde el colegio.
Sin embargo, cuando la niña se preparaba para comenzar el cuarto grado, en la escuela decidieron excluirla de la lista de estudiantes, argumentando que debían esperar “a que consiga una maestra integradora” para que la acompañe a las clases, según contó su madre, Johana Sánchez, a El Litoral. “Ya había incluso pagado 200 pesos por la inscripción cuando me salieron con lo de la maestra integradora. Conseguimos una y presenté la constancia de que en 15 días iba a comenzar a trabajar con mi hija, pero igual no me aceptaron y me sugirieron que vaya a una escuela especial”, relató la mujer. Esos días sin ir al colegio Nahiara los pasó muy triste, “llorando porque veía que sus hermanas iban y ella no”.
Sánchez, entonces, advirtió sobre esta situación a las autoridades del Ministerio de Educación. Luego de unos días, se convocó a una reunión entre ambas partes y finalmente se logró reincorporar a la protagonista. Además, quedó el compromiso del establecimiento de construir una rampa para facilitarle el acceso.
Vale destacar que la Ley Nacional de Educación Nº 26.206 y varios tratados internacionales establecen que las escuelas comunes no pueden negar el ingreso a ningún niño, niña o adolescente.
Fuente: El Litoral
