En julio de 2016, Carla Pipaon huyó de la ciudad de Goya con sus dos hijas, Abril y Julieta, en medio de una disputa con su ex marido Lucio Tomasella.
Tras la huída, que fue denunciada por el mismo Tomasella, acompañado por la Fundación Infancia Robada -encabezada por la monja Martha Pelloni-, pasaron dos meses antes de que la mujer diera señales de vida, tanto de ella misma como de sus hijas. Sin embargo, nunca más pudieron ser ubicadas por la Justicia.
En septiembre de 2016, al reaparecer en una publicación de Facebook, Pipaon explicó que la huída se debía a que vivía una situación de violencia y acoso de parte de su ex, a quien también acusó de no ocuparse de la manutención de las niñas.
A esas acusaciones, Tomasella respondió en los medios, diciendo que la violencia en realidad era ejercida por el que en ese momento era el nuevo marido de Pipaon, Facundo Ramírez, quien también contaba con una acusación de abuso sexual contra su propia hija.
Con el correr del tiempo, se supo que la mujer y las niñas habían huido a Venezuela, donde solicitaron asilo por violencia de género. Esa nación es la única en Latinoamérica que da ese tipo de protección.
La batalla legal continuó, ya en terreno venezolano, pero los fallos fueron en contra de Tomasella, quien desde 2016 no ha visto a sus hijas.
LA PALABRA DE FACUNDO RAMÍREZ
Facundo Ramirez, oriundo de Misiones, actualmente está en Isla Margarita (Playa del Agua, Venezuela). En Argentina, Ramirez y Pipaon contrajeron matrimonio en 2014, sin embargo, según el mismo explicó, ya no conviven como pareja.
Consultado sobre la dinámica actual entre ellos, Ramírez indicó: “Le presto la atención necesaria a ella como a sus hijas”.
“No tengo nada que ver con la salida de Pipaon de Argentina”, aseguró. “Yo salí antes, en el 2015, cuando me fui a vivir a Brasil por los inconvenientes con Tomasella. En esa época (N. de R: cuando Pipaón salió de Goya) yo no estaba más en Argentina”, agregó.
Con un acento intermedio, entre venezolano y argentino, remarcó que entra y sale de Argentina cuando quiere, algo para lo cual «sólo se necesita dinero».
“Cuando Pipaon sale de Argentina, no tengo nada que ver con eso, estaba en Venezuela y está demostrado. Cuando ella vino a Venezuela con sus hijas, la ayudé”, contó.
Explicó también que se casó en el 2014, “en el 2015 me voy de Argentina porque no aguantaba más las amenazas de Tomasella y la presión que ejercía, la mala vida que llevaban Carla y las niñas. Le dije ‘mirá, vamos a ver si te deja vivir tranquila si me voy’ y me fui a Brasil”.
En julio del 2016 ella deja Argentina, “yo estaba en Venezuela instalado, con una empresa, construyendo mi casa. Sigo casado porque para divorciarme tengo que ir a Argentina, pero no puedo porque hay una persecución”, comentó y explicó que ante las autoridades venezolanas, lo que se hizo fue una especie de declaración de «abandono de hogar familiar».
Las actitudes de Tomasella
“Tomasella desde el primer día que llegué a Goya era violento. Él decia que el violento era yo, pero no es así. Yo tengo entrenamiento para manejar la violencia; él es violento. En Argentina trabajé en antinarcótico, corrupción, para el gobierno en el ámbito militar, soy analista en inteligencia”, sostuvo y comentó que su empresa actual en Venezuela está relacionada con el mismo rubro.
Comentó que Pipaón ganó la restitución internacional de las niñas, “tienen un refugio permanente y hace más de dos años que están en Venezuela. Si el padre quiere, las tiene que venir a ver acá, lo que pasa que tiene tres causas por fraude judicial en tres estados diferentes con pedido de captura nacional”.
Relató el vínculo de Tomasella con sus hijas, “es superfluo, él lo hacia a nivel social solamente para cumplir y que digan que era un padre anegado. Vi muchas situaciones violentas”.
La Justicia en Corrientes y la hermana Pelloni
Dejó en claro que si uno quiere salir del país, y conoce a la persona adecuada, lo puede hacer. «Cualquier persona que vive en Paso de los Libres sabe cruzar el puente, en que horario y como hacerlo, por decir un lugar», afirmó.
Aclaró que Pipaón acudió a la Justicia por denuncia de violencia de género, al juzgado a cargo de López Lecube, quien bajó la carátula a amenazas y no le dio curso. “La corrupción la tienen en el poder judicial de Goya, con los amigos y contactos, las cadenas de favores. Que Carla hubiera conseguido justicia en Argentina era poco probable”.
Opinó que Corrientes es una provincia machista, donde “no existen los derechos de la mujer. No veo a las instituciones trabajando. No la veo a Martha Pelloni preguntar a las niñas o a Carla que es lo que ocurría, solamente se guió por lo que decía Lucio Tomasella. No creo en la Justicia, sobre todo la de Corrientes”.
La denuncia de abuso a su hija
Con respecto a la causa por abuso de su propia hija, reconoció que la denuncia existió, pero que fue cerrada. “La madre me denunció, hubo cuatro años de proceso, me cansé, firmé un acuerdo para que esta persona me deje de molestar; me declaré culpable de los hechos y estoy libre. No tuve ningún cumplimiento de pena”.
“Si Tomasella sigue molestando, van a salir los audios de las intervenciones telefónicas donde cuenta cómo hizo con la causa en Iguazú, cuenta lo que piensa de la justicia goyana, de los medios. Todavía yo no usé las herramientas. Lucio Tomasella se vale de las vinculaciones de Martha Pelloni, tiene contactos y amigos en diversos ambientes”, expresó.
“Lucio Tomasella no pudo lograr una extradición y no quiso ver a sus hijas cuando tuvo la oportunidad de hacerlo. La fiscal de menores le dio su teléfono y él nunca intentó comunicarse, porque su intención es vengarse, es un pobre despechado que no le importa a quien dañe, solo quiere su venganza personal”, afirmó.
Fuente: LT7
