Rodrigo Blanco y Luciano Mieres, oriundos de Empedrado, amigos desde el jardín de infantes; en los últimos años trabajaban en la misma empresa pesquera y por ello, el 5 de junio pasado se embarcaron juntos en esta nueva misión a bordo del Rigel.
Rodrigo de 30 años, hacia 12 que trabajaba como marino en buques pesqueros y por ello, comenzó a vivir en Mar del Plata. Con mucho sacrificio pudo comprarse un departamento en esa ciudad en el que vivía junto a su novia.
El joven nunca dejó de visitar a su familia de Empedrado y viajaba a la localidad correntina dos o tres veces al año. La última vez que fue a su pueblo natal fue en abril.
“En el último tiempo, sus viajes duraban 12 días y por eso compró un departamento en Mar del Plata”, contó Rosa Blanco.
Luciano Mieres, empezó a trabajar en los barcos pesqueros a los 18 años. El joven, hacía tres años que trabajaba en la misma empresa que su amigo. Luciano, todavía vivía en Empedrado y viajaba cada vez que le tocaba embarcarse, aproximadamente cada dos meses.
“Con Rodrigo eran muy unidos, compañeros, y nunca se soltaban la mano”, había dicho en una nota anterior a época, Mario Mieres, hermano de Luciano.
La tripulación del Rigel partió del puerto de Mar del Plata y, unos días después, enviaron una señal de alerta.
Además de los jóvenes correntinos, en el buque pesquero viajaban el capitán Salvador Taliercio; cuyo cuerpo fue encontrado días después de la desaparición; el segundo patrón, Rodrigo Sanita; el jefe de máquinas, Néstor Rodríguez, el auxiliar de máquina, Cristian Osorio y los marineros Amadeo Jonatan, Nahuel Navarrete y Carlos Daniel Rodríguez.
En Corrientes habría más de dos mil embarcadizos
En la provincia, son cientos los jóvenes que culminan sus estudios secundarios y buscan una rápida salida laboral. Entre las alternativas, se encuentra el rubro de embarcadizos, que según el gremio en Corrientes, agruparía a más de dos mil personas con un trabajo estable.
“En la provincia de Corrientes, calculamos que hay en actividad 2.600 personas que trabajan en buques pesqueros y otros 4 mil que hacen trabajos esporádicos dentro del sector”, dijo en declaraciones anteriores a época, el secretario adjunto del Sindicato de Obreros Marítimos (SOMU), Juan Carlos Gimenez.
Desde este sector, hace varios años vienen haciendo reclamos para conseguir mejores condiciones laborales ya que, muchas veces, navegan sin seguridad.
“Hay barcos que son obsoletos y esto no puede seguir así. No obtenemos respuestas de las autoridades correspondientes. Si no hay una inversión empresarial, estas cosas van a seguir pasando”, indicó.
A partir de lo sucedido con el Rigel, el SOMU avaló la creación de un Foro Federal para exigir mayores condiciones de seguridad en los buques que se dedican a la actividad pesquera.
Del mismo participarán representantes de los gremios, el sector empresario y el Gobierno nacional.
Fuente: Epoca