Silvia Yolanda Chiliguay, envenenó a su hija Julieta Velardez, de cuatro años, y luego se ahorcó. Antes, había dejado una carta de despedida y en donde explicaba los detalles de su drástica decisión.
«No encontré la salida a los problemas que atravesaba, ya no tenía dinero para intentar darle algo mejor a mi bebé y no soporto más ser madre soltera”, confesó en su desesperación.
En el final de la carta, escribió en letras grandes: «no quería darle una vida miserable a mi hija. Perdónenme». Aún no se conocen los resultados toxicológicos de la nena, para saber cómo la envenenó para terminar con su vida. Aunque algunas versiones arrojan que la habría asfixiado.
El hecho ocurrió en las calles Río Negro y Bermejo, en la localidad de La Ciénaga en Salta, donde la madre de la mujer y abuela de la pequeña encontró ambos cuerpos sin vida. La anciana encontró a su hija colgada en una de las habitaciones de la vivienda. En tanto, la menor estaba tendida sin vida en un sillón del comedor del inmueble.