Ayer la CGT apareció, fortalecida y con la decisión de asumir una posición de mayor dureza en reclamo de una política económica oficial que asista las demandas de los sectores pobres y medios.
La manifestación fue contra la administración del presidente Mauricio Macri, la adhesión promedió del 80 % a nivel nacional, con picos por encima del 90% en actividades como el transporte público, que resultó decisivo para la foto de un país con jornada laboral totalmente parada.
La imagen fue tan concluyente que el Gobierno evitó poner en cuestión el acatamiento a la protesta y la emprendió, en cambio, contra los argumentos que la promovieron, renovando su apuesta a retomar el diálogo con la dirigencia sindical en los próximos días. «Los paros no contribuyen a nada, no suman. No veo que haya habido un Gobierno en décadas con tanta preocupación por el empleo y por generar nuevas oportunidades», lanzó Macri en plena jornada de protesta.
«Un paro general en un país significa el fracaso del diálogo social y también el fracaso de la política», apuntó Juan Carlos Schmid, uno de los triunviros de la cúpula cegetista, al encabezar el balance de la protesta. Su par Héctor Daer alertó, a su vez, que las políticas que impulsa Macri «ya sucedieron en nuestro país y tuvieron desenlaces maliciosos para sectores amplios de la sociedad», mientras Carlos Acuña, el último de los triunviros, admitió que «el paro no soluciona nada» porque dijo «lo que soluciona los problemas de la gente son las respuestas que debe dar el Gobierno y no las da».
Fuera de la estructura formal de la CGT, Hugo Moyano asumió el discurso más crítico contra la Casa Rosada y directamente puso en duda la voluntad de diálogo del oficialismo. «Este Gobierno nos ha llevado a esta situación extrema, de hambre y ellos mismos nos dicen descaradamente que está todo mejor y eso le da más bronca a la gente», cuestionó el líder Camionero, que la semana pasada selló una suba salarial de 25% que se convirtió en el nuevo piso de las paritarias.
Pese a las diferencias de tono con Moyano, puertas adentro de la CGT también celebraron la fuerte participación en la huelga de los diversos espacios sindicales, una señal que interpretan favorable para las negociaciones en pos de la reunificación de la central obrera. «Todos jugaron fuerte por el paro y nadie sacó los pies del plato», se entusiasmó un referente de la conducción de la entidad. En la apuesta de traducir ese envión en hechos concretos, todas las corrientes cegetistas que promovieron la protesta se reunirán mañana en la sede de Smata para intentar acercar posiciones respecto a la elección de la nueva cúpula de la central prevista para el próximo 22 de agosto.

Rubén Suarez Secretario General de UTA y Delegado Provincial de la CGT Corrientes, señalo que «la unidad demostrada en el día de ayer, en una jornada que no es grata para los trabajadores, pero necesaria en situaciones extremas es producto de un trabajo que venimos realizando desde la CGT Corrientes».
También manifestó que, «no vamos a permitir que políticas implementadas desde el gobierno nacional se lleven por delante al sector del trabajo y que seguiremos trabajando bajo este horizonte para atender las necesidades de todos los sectores de la clase trabajadora correntina».
Entre los referentes de distintos sectores, Raúl Esquivel Secretario General de AOT, brindo un amplio informe sobre la situación que se vive desde el comienzo de la gestión nacional que ha favorecido a la importación de materias primas, la cual complica seriamente a la industria textil en muchos de los casos.
Entre los referentes, estuvieron presentes dirigentes del sector de Estaciones de Servicios, Telefónicos, Sindicatos de Amaa de Casa, Sindicatos de Vneta Directa y UTHGRA.