“Su vida y su obra fueron el testimonio indeleble de un evangelio encarnado en los pobres y los más necesitados. Hoy venimos a transmitirles nuestro acompañamiento y reconocimiento a quienes continúan con su legado», dijo el vicegobernador Gustavo Canteros quién junto al arzobispo de Corrientes monseñor Andrés Stanovnik y al sacerdote director del Cottolengo Don Orione Fernando Guevara participaron hoy de los actos centrales en conmemoración a los 50 años de dicha institución.
El vicegobernador junto a las autoridades procedieron a hacer el descubrimiento de una placa recordatoria, recorrió las instalaciones y participo de los actos y la Misa oficiada por monseñor Stanovnick tras lo cual hizo entrega de la Resolución del Senado en la que se declara De Interés esta celebración Canteros señaló: “nada más y nada menos que medio siglo de una labor solidaria; en un nuevo aniversario, el espíritu del Fundador vuelve a mover nuestros corazones, para hacer memoria de su noble tarea y, a la vez, comprometernos en seguir su ejemplo”.
“Estos 50 años cristalizan un ferviente anhelo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia en Corrientes que, al lado del Santuario de la Santísima Virgen de Itatí han creado y sostenido en el tiempo una obra de gran contenido social que se ocupa de atender y brindar fraternal asilo a los más pobres entre los pobres de nuestro territorio” por lo cual le expresamos nuestro más sincero reconocimiento dijo el vicegobernador.
El Cottolengo Don Orione de Itatí está ubicado a metros de la Basílica y bajo la protección de la Madre de Dios y ha venido brindando importantes progresos en el beneficio de quienes más necesitan desde el 20 de mayo de 1968, fecha en que abría sus puertas. Hoy alberga y brinda atención especializada a unos 38 residentes que tienen algún tipo de discapacidad. Se trata una obra que crece año a año gracias al trabajo y la ayuda de la comunidad.
Celebrar medio siglo de vida una institución reconocida a nivel nacional Bajo la protección de la Madre de Dios, la obra del Cottolengo de Itatí significa para quienes trasponen sus puertas, la posibilidad de recibir amor y contención que les permite vivir dignamente y a su vez realizan actividades para abordar los distintos tipos de discapacidades físicas, motoras y mentales.