Una mujer de Nebraska, Estados Unidos, pasó cinco años sonándose la nariz creyendo que padecía una alergia crónica o un resfrío hasta que los médicos descubrieron que tenía una filtración de líquido del cerebro.
Kendra Jackson, de 52 años, entró al quirófano en Omaha para que le cerraran la fisura en el cráneo que permitía que el líquido cefalorraquídeo se deslizara por su nariz, informó el sitio KETV.
Jackson había sufrido un accidente de auto en 2013 en el que se golpeó la cara contra el tablero de su auto.
A partir de ese momento, la mujer la nariz de la mujer empezó a correr «como una catarata» y le dolía sin parar la cabeza, explicó Jackson. «No podía dormir, estaba como un zombie», recordó.
Pero los médicos aseguraban que se trataba de resfríos y alergias de todo tipo.
Recién este año descubrieron la fisura diminuta en la cara de Jackson y la operaron en un centro médico de Nebraska.