Entre quienes se movilizarán figuran, además de Camioneros, gremios del moyanismo como Judiciales, Seguro, Peajes, Dragado y Balizamiento, Aeronavegantes, Canillitas y Panaderos, como tambiés la Juventud Sindical que responde a Facundo Moyano.
Se sumarán también organizaciones cegetistas disidentes agrupadas en la Corriente Federal, como los Bancarios y Sadop, y también los sindicatos de las CTA, entre ellos docentes de CTERA y Suteba, ATE y Conadu Histórica.
Además marcharán integrantes de las organizaciones sociales CTEP, Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pie; de espacios del kirchnerismo como Unidad Ciudadana y La Cámpora; de partidos de izquierda, entre ellos el FIT, y de instituciones de derechos humanos como Madres de Plaza de Mayo.
La marcha, liderada por Camioneros, buscará la unidad del movimiento obrero. «Va a ser histórica» anticipó Hugo Moyano sobre la protesta.
Llegó el 21F, día de la movilización encabezada por Camioneros, gremio que lidera la familia Moyano. “Va a ser una marcha histórica”, anticipó, en reiteradas ocasiones, el presidente de Independiente. Lo trascendental de la jornada no será tanto el marco numérico, teniendo en cuenta que la protesta sufrió bajas en las últimas semanas.
Lo clave de este miércoles es que marcará abiertamente la grieta en la CGT. El último 24 de enero la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros anunció una marcha -en ese entonces para el 22 de febrero- en defensa del convenio colectivo de trabajo, la preservación del empleo y mejoras salariales.
Rápidamente la protesta tomó un color político/judicial más que gremial. Y eso se debe a que la relación entre Hugo Moyano y Cambiemos empezó, lentamente, a desdibujarse. El último encuentro entre ambas partes fue el 9 de enero, cuando el sindicalista inauguró el Sanatorio Antártida al lado de Jorge Triaca y Diego Santilli, entre otros funcionarios.
Ese es el escenario que tendrá como protagonistas a padre e hijo. Hugo y Pablo serán los oradores de una jornada que marcará un antes y un después en la CGT. El antes es la división. El después, incierto aún, es la búsqueda de la unidad del movimiento obrero. Tarea que tendrá obstáculos judiciales y políticos, como marca la historia del mundo sindical argentino.