Una vieja canción decía que «todo concluye al fin, nada puede escapar. Todo tiene un final, todo termina». La teta también. El bebé va creciendo y poco a poco van cambiando las circunstancias que hacen a su crianza en general, y a su alimentación en particular. Porque, en definitiva, la lactancia tiene que ver con su alimentación. Por supuesto que también hay un sinfín de otras cosas vinculadas, en especial afectivas y emocionales, pero básicamente la teta sirve para alimentarlo y el destete, entonces, tiene que ver con los cambios que se van dando en su alimentación a medida que va creciendo.
Como bien explica la especialista en lactancia y crianza Laura Krockik, «no hay un momento en particular para hacer el destete. Hay que tener en cuenta la díada de esa mamá y su hijo. Un destete sin estrés sería aquel que puede hacerse cuando ambos están de acuerdo».
Por lo general, es el mismo bebé el que va manifestando su deseo, cuando empieza a rechazar la teta. La OMS y UNICEF recomiendan lactancia exclusiva hasta los 6 meses –momento en que ya se puede empezar a hablar de destete–, y continuar con el pecho, en lo posible, hasta los 2 años, junto a la alimentación sólida.
Según la profesional, cuando el destete es progresivo, por lo general las madres no deben adoptar ninguna conducta en particular con sus pechos, ya que el cuerpo registra la no demanda del bebé y poco a poco irá produciendo cada vez menos leche. Por eso la asesora sugiere:
*Comenzá de manera gradual, reemplazando la teta por las comidas, de manera que de a poco el pequeño vaya incorporando todos los alimentos y, a la vez, sustituyendo las mamadas.
*Sacale primero la teta de la noche. De a poco y a medida que el bebé va creciendo, ya no necesita alimentarse durante la noche. Por eso, es mejor dejar hacia el final, de manera muy progresiva, alguna de las tetas diurnas.
*Ofrecele modos de entretenimiento, contacto, mimos y caricias sin que estén necesariamente asociadas al momento de la mamada.
*Incorporá los alimentos de manera oportuna. Cuando esa porción que come el niño es importante, reemplazá por completo esa mamada.
*Es importante que retires las mamadas paulatinamente, de a una.
Por último, Krockik aclara que por supuesto hay excepciones y cada caso es diferente. «Hay niños que se destetan solos y de golpe, rechazando el pecho o no aceptando succionarlo. A la vez, también hay bebés a los que les cuesta más decirle chau a la teta y necesitan más tiempo, mayor atención y mayor dedicación. Lo importante para hacer un destete natural y sin estrés es registrar la particularidad de cada niño y tener paciencia», concluye la especialista.
Por Florencia Romeo / Asesoró: Laura Krockik, puericultora especialista crianza, presidenta de la Asociación Civil Argentina de Puericultura.