Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 3 millones de personas se quedan ciegas por causa de un exceso de radiación solar.
De ahí que si bien la visión debe cuidarse todo el año, en primavera y verano hay que prestar especial atención y tomar precauciones para proteger los ojos al momento de exponerse al sol.
«El verano es la época de mayor radiación solar. Esto significa que los rayos ultravioleta (UV) tienen un índice especialmente elevado, lo que se traduce en una mayor capacidad de producir lesiones en las áreas sensibles del cuerpo», explicó el médico oftalmólogo Omar López Mato (MN 87.993), del Instituto de la Visión.
«La exposición excesiva a los rayos UV se relaciona con diversos problemas visuales, como cataratas, pterigion, fotoqueratitis y cambios degenerativos en la córnea -detalló-. Todas patologías que pueden causar visión borrosa, irritación, enrojecimiento, pérdida temporal de la visión y, en algunos casos, ceguera».
«La medida preventiva de estas afecciones provocadas o agravadas por la acción de la radiación solar es la utilización de gafas de sol homologadas con los filtros correspondientes. Por eso, a la hora de comprar anteojos de sol se deben buscar aquellos que cuenten con los filtros UVA y UVB 400, que es la protección a los rayos ultravioletas más alta».
«Como el riesgo de sufrir los daños que produce el sol es acumulativo, es bueno cuidarlos (y generar el hábito de hacerlo) desde la infancia. Es muy importante la protección a los más chicos con gorras o viseras».