Ocurrió el viernes en la escuela secundaria Félix Bogado. El estudiante, de 14 años, acudió a la institución con dos armas de guerra, decenas de municiones de diferente calibre y un cuchillo de caza. Minutos antes de entrar, advirtió sus intenciones con un video en las redes sociales: «Van a morir todos», dijo.
Un confuso y peligroso hecho se vivió a finales de la última semana en una escuela pública de Ramos Mejía, pero la historia trascendió ahora. Un estudiante de tercer año ingresó al colegio con armas y municiones, dispuesto a cometer una masacre dentro de la entidad educativa. Por fortuna, no pudo cumplir su propósito y no hubo heridos.
El hecho ocurrió durante la mañana del viernes en la Escuela secundaria N° 46 Félix Bogado, en Ramos Mejía. Un estudiante de 14 años, identificado con las iniciales T. L., acudió al establecimiento con dos armas de guerra, un cuchillo de caza y decenas de municiones, preparado para atacar a sus compañeros en algún momento de la jornada.
A primera hora de la mañana, el joven publicó en su cuenta de Snapchat un video escalofriante en el que amenazaba con cometer una masacre dentro de la escuela.
Según pudo averiguar Infobae de fuentes policiales, el alumno llevaba en sus prendas una pistola Bersa Thunder calibre .380 con 13 cartuchos intactos en su cargador y uno en la recámara. Además, en uno de los bolsillos de su campera tenía un cuchillo de caza tipo «Bowie».
Como si fuera poco, el alumno de 14 años portaba dentro de su mochila un pistolón Safari calibre .13 con un cartucho intacto y otro servido en su doble recámara. También había una caja de 20 balas calibre .380 Magnum, seis cartuchos intactos de calibre .13 y 16 balas calibre 12/70
«Ya no hay vuelta atrás. Bang bang», escribió en el video, mientras el chico se acercaba a la entrada del colegio. Luego, el documento continuó con las imágenes de diversos alumnos jugando en el patio del instituto durante un recreo y la frase escrita: «Van a morir todos».
El video finaliza con fotos de su arma dentro de la escuela y más frases sueltas: «Al fin es el gran día. Quién diría que terminaría así. Llegó mi fin», sentenció.
La policía contactó al joven e incautó de inmediato las dos armas, las municiones y el cuchillo que cargaba.
La causa quedó caratulada como «Tenencia ilegal de arma y munición de guerra» y las armas fueron devueltas a sus padres.