Sucedió en Hong Kong, donde el joven de 21 años, participaba del juego «La Casa Embrujada», el cual se desarrollaba en un paseo dentro de un ataúd.
El juego incluía realizar el recorrido en el interior del cajón, el cual transitaba caminos rocosos y los visitantes atravesaban “la experiencia de ser enterrados vivos antes de luchar con la salida de su oscura y misteriosa tumba”.
El viaje resultó mortal para el chico de apellido Cheung quien luego de pasar por el laberinto rocoso, lleno de espantosos «ghouls» (seres mitológicos) fue hallado inconsciente. Inmediatamente fué trasladado a un centro de salud donde los médicos sólo pudieron constatar su deceso.