Más allá de la ilusión, los primeros análisis de sus planetas no arrojaron resultados tan favorables como los esperados. No obstante, el descubrimiento de dos nuevas «Tierras» alimenta una esperanza aún mayor.

A solo 12 años de luz de distancia de la Tierra, los dos mundos pertenecen a un sistema solar de cuatro planetas rocosos en los bordes de la estrella Tau Ceti, muy similar al Sol en su tamaño y brillo.

La detección de los planetas fue posible gracias a una tecnología muy sensible, capaz de captar las oscilaciones en el movimiento de la estrella, de tan solo 30 centímetros por segundo.

Al igual que el Sol, Tau Ceti tiene una «zona habitable», una región estrecha a su alrededor donde las condiciones son favorables para la vida. Por caso, las temperaturas no son demasiado calientes ni demasiado frías, ideal para que pueda existir el agua como líquida: un potencial planeta habitable debería tener océanos, lagos y ríos.

En comparación a otros sistemas planetarios, son pequeños. De hecho, son las más pequeños observados alrededor de estrellas similares al Sol. Aunque dos de ellas son «súper-Tierras» y se encuentran en la zona habitable de la estrella, por lo cual podrían contener agua líquida en su superficie.

Por su parte, los dos planetas con órbitas exteriores en torno a Tau Ceti son candidatos a ser habitables, pero el disco masivo de desechos que orbita la estrella lo vuelve peligroso. Reduce su habitabilidad ya que es una zona susceptible a la caída de asteroides y cometas.